miércoles, 6 de enero de 2021

EL TIEMPO

 


Si observamos atentamente cualquier cosa de este mundo MA­YAVICO en que vivimos (una mesa por ejemplo), descubrimos con místico asombro, tres aspectos perfectamente definidos: largo, ancho y alto.

Empero, es evidente que en la mesa de nuestro ejemplo con­creto, existe, además, un cuarto factor específico totalmente defini­do, quiero referirme al concepto tiempo.

¿Cuánto tiempo hace que el humilde carpintero fabricó la bri­llante mesa? ¿Minutos tan sólo? ¿Horas tal vez? ¿Meses? ¿Años?

Longitud, latitud y altura, son, fuera de toda posible duda aunque ésta fuera de tipo CARTESIANO-, los tres aspectos EUCLI­DIANOS de este mundo TRIDIMENSIONAL en que, para bien o para mal, vivimos, mas es claro que resultaría absurdo excluir de nuestros postulados el cuarto factor.

El tiempo en sí mismo considerado como CUARTA DIMEN­SION contiene intrínsecamente dos propiedades fundamentales: la TEMPORAL y la ESPACIAL.

Es positivo, auténtico, indudable, que el aspecto cronométrico de la vida, viene a ser únicamente la inestable superficie del fondo espacial.

Años antes, antes de que el Sabio EINSTEIN hubiera sor­prendido al mundo con su famosa Teoría de la Relatividad, cual­quier hombre culto concebía el factor tiempo como una línea recta. hoy en día cualquier intelectual acepta que el citado factor es curvo.

Empero, es obvio que en este Siglo XX todavía hay gentes que piensan con mente medieval.

Grandes intelectuales modernos, utopistas por naturaleza, fan­tasean de lo lindo pensando que la eternidad es una línea recta, tiempo prolongado en forma infinita.

El GNOSTICISMO REVOLUCIONARIO enseña dialéctica­mente que la ETERNIDAD en sí misma nada tiene que ver con el concepto TIEMPO.

El MOVIMIENTO GNÓSTICO INTERNACIONAL afirma en­fáticamente que existe una QUINTA DIMENSIÓN conocida con el solemne nombre de ETERNIDAD.

De acuerdo con la sabia Ley de Recurrencia todo en la vida vuelve a ocurrir tal como sucedió dentro del círculo vicioso del tiempo.

En realidad, los tiempos se repiten eternamente, más no se con­funda al tiempo con la eternidad.

Dentro del eterno AHORA de la gran vida, existe incesante re­petición de acontecimientos y tiempos.

La curva del tiempo gira dentro del círculo perfecto de la eter­nidad, pero es claro que estas dos ruedas son diferentes.

Eso que está más allá de los dos círculos misteriosos es la SEXTA DIMENSIÓN y el fundamento vivo de cualquier COSMO­GENESIS, debemos buscarlo en la REGIÓN CERO desconocida.

Como quiera que ya el sabio EINSTEIN demostró matemática­mente la Relatividad del tiempo, podemos enfatizar la idea de que en el ABSOLUTO INMANIFESTADO, el cuarto factor de nuestro mundo TRIDIMENSIONAL, no tiene existencia.

Antes de que el flamígero corazón del SISTEMA SOLAR DE ORS en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, comenzara a palpitar intensamente después del GRAN PRALAYA (NOCHE CÓSMICA), el tiempo no existía pues yacía dormido en­tre el seno profundo del ESPACIO ABSTRACTO ABSOLUTO.

Si al final del MAHAMVANTARA (DÍA CÓSMICO), las siete DIMENSIONES básicas del universo quedan reducidas a un simple punto matemático que se pierde como una gota entre el GRAN OCÉANO, es evidente que entonces el tiempo deja de existir.

Los mundos como los hombres, los animales y las plantas, na­cen, crecen, envejecen y mueren. Todo lo que alienta bajo el sol tie­ne un período de tiempo definido.

La UNIDAD DE VIDA para cualquier criatura que vive, equi­vale de hecho y por derecho propio, a cada latido de su corazón. Se nos ha dicho muy sabiamente por cierto, que todo el cielo estrellado es un sistema de corazones que palpitan intensamente. Es evidente que cada palpitación de los mundos se realiza cada 27.000 años.

La vida total de cualquier mundo que refulge y centellea entre el seno profundo del inalterable infinito, equivale a una suma comple­ta de 2.700.000.000 de latidos del corazón cósmico.

El humilde insecto que sólo vive una tarde de verano, vive en verdad tanto como un hombre o un mundo, pero en forma más rápida.

Escrito está y con ascuas de fuego ardiente, que el número de latidos cardíacos para bestias, hombres y mundos, siempre es el mismo en forma ya más rápida o más lenta.

El tiempo es demasiado relativo y por el escenario del mundo van pasando muchos actores que cargan con su propio cronómetro. Existen además cálculos secretos y tiempo esotérico, eso lo sabe cualquier ADEPTO.

RELATOS Y COMENTARIOS SOBRE LA 4Ta. DIMENSIÓN:

“En España, Cataluña, existe un templo maravilloso en estado de JINAS. Ese es el TEMPLO DE MONSERRAT. En ese templo está guardado el SANTO GRAAL; ese es el CÁLIZ de plata en que bebió Jesús, el Cristo, el vino en la última cena. En el Santo Graal está contenida la sangre coagulada del REDENTOR DEL MUNDO. Cuenta la tradición que el senador romano José de Arimatea llenó ese cáliz de SANGRE REAL, al pie de la cruz del Salvador. La SANGRE manaba de las heridas del ADORABLE y el CÁLIZ SE LLENO.

En el templo de Montserrat vive un grupo de MAESTROS de la GRAN LOGIA BLANCA. Esos son los Caballeros del SANTO GRAAL.

En otros tiempos, el Templo de Montserrat y el SANTO GRAAL eran visibles para todo el mundo. Más tarde ese templo con su SANTO GRAAL se hizo invisible. El TEMPLO existe en estado de “JINAS”. El Templo con su Graal se sumergió dentro del HIPERESPACIO. Ahora sólo con CUERPO ASTRAL o tam­bién con el cuerpo físico en estado de “JINAS” podemos visitar el ‘TEMPLO.

Un cuerpo físico puede ser sacado del mundo tridimensional y colocado en la cuarta dimensión. Todo eso se puede realizar me­diante el uso sabio del HIPERESPACIO. PRONTO LA ASTROFISICA DEMOSTRARA LA EXISTENCIA DEL HIPERESPACIO. Las tribus indígenas de América conocieron a fondo la CIENCIA JINAS. Los caballeros tigres, en MEXICO, sabían meter su cuerpo físico dentro del hiper-espacio. Existen en AMERICA lagunas, montañas y templos en ESTADO DE JINAS. El Templo de CHA­PULTEPEC, en MEXICO, se halla en estado de JINAS (ESTA METIDO DENTRO DEL HIPERESPACIO). EL MAESTRO HUIRACOCHA recibió la INICIACIÓN en este templo”.

“Todos nosotros de niños escuchamos muchos cuentos de bru­jas y de hadas. Nuestras abuelitas nos contaron siempre historietas de brujas que a media noche montadas en sus escobas viajaban por las nubes. Aunque a muchos estudiantes de Ocultismo, Teosofis­mo, Rosacrucismo, etc., les parezca increíble, esas brujas existen realmente. No andan montadas en escobas como creen las abuelitas, pero si saben viajar por los aires. Las llamadas brujas, viajan con su cuerpo de carne y hueso a través del espacio.

Ellas saben aprovechar el HIPER-ESPACIO para transportarse de un lugar a otro con cuerpo físico.

Pronto la ASTRO-FÍSICA descubrirá la existencia del HIPER-ESPACIO. Este puede ser demostrado con la HIPER-GEOMETRIA. Cuando un cuerpo se sumerge en el HIPER-ESPACIO, se dice de éste, que ha entrado en estado de “JINAS”. Todo cuerpo en estado de “JINAS” se escapa de la ley de la gra­vedad. Entonces flota en el HIPER-ESPACIO.

Existe el volumen y el HIPER-VOLUMEN. Las llamadas bru­jas se mueven dentro del HIPER-VOLUMEN DEL ESPACIO CUR­VO en que vivimos. La curvatura del espacio no pertenece exclu­sivamente al planeta Tierra. La curvatura del espacio corresponde al infinito espacio estrellado. Si los ciclones constituyen por sí mismos una prueba del movimiento de rotación terrestre, es tam­bién muy cierto y exactamente lógico que la rotación de todos los soles, constelaciones y mundos, es una prueba concreta de la curvatura del espacio.

Los Magos Blancos también saben poner su cuerpo físico en estado de “JINAS”. Jesús caminó sobre las aguas del mar de Gali­lea aprovechando inteligentemente el HIPER-ESPACIO. Los Dis­cípulos del BUDDHA aprovechando el HIPER-ESPACIO podían atravesar una roca de lado a lado. En la India existen YOGUIS que, aprovechando el HIPERESPACIO pueden pasar por entre el fue­go sin quemarse. Pedro, utilizando el HIPER-ESPACIO se escapó de la prisión y se salvó de la pena de muerte. E1 Gran YOGUI PANTAJALI dice, en sus aforismos, que practicando un SAM­YASI sobre el cuerpo físico, éste se vuelve como de algodón y flo­ta en los aires.

Un SAMYASI consta de tres tiempos. Concentración, Medi­tación y Éxtasis. PRIMERO, se concentra el YOGUI en su cuerpo físico; SEGUNDO, medita sobre su cuerpo físico, PROVOCANDO EL SUEÑO; TERCERO, lleno de éxtasis se levanta de su lecho con su cuerpo en estado de “JINAS”. Entonces penetra en el HI­PER-ESPACIO y, escapando de la ley de la gravedad, flota en el aire.”

PRACTICA COMPLEMENTARIA.

Al despertar del sueño normal, todo estudiante gnóstico debe hacer un ejercicio retrospectivo sobre el proceso del sueño, para recordar todos aquellos lugares donde estuvo de visita durante las horas del sueño. Ya sa­bernos que el Ego viaja mucho donde estuvimos y todo aquello que vimos y oímos. Los Maestros instruyen a los Discípulos cuando están fuera del cuerpo físico.

Es urgente saber meditar profundamente y luego practicar aquello que aprendemos durante las horas del sueño. Es necesario no movernos a tiempo del despertar porque con ese movimiento se agita el astral y se pierden los recuerdos. Es urgente combinar los ejercicios retrospectivos con los siguientes Mantram RAOM ­GAOM. Cada palabra se divide en dos sílabas. Debe acentuarse la vocal O. Estos Mantrams son para el Estudiante lo que la dinamita para el minero. Así como el minero se abre paso por entre las entrañas de la tierra con ayuda de la dinamita, así también el estudiante se abrirá paso hacia las memorias del Subconsciente con ayuda de estos Mantrams.


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EL SENTIDO ESPACIAL Y LA CUARTA DIMENSIÓN


Aun cuando parezca increíble, cuando el estudiante se observa a sí mismo no se recuerda a sí mismo. Los aspirantes, fuera de toda duda, realmente no se sienten a sí mismos, no son conscientes de sí mismos. Parece algo inverosímil que cuando el aspirante gnóstico auto-observa su forma de reír, hablar, caminar, etc., se olvida de sí mismo, esto es increíble, pero cierto.

Sin embargo, es indispensable tratar de recordarse a sí mismo, mientras se auto-observa, esto es fundamental para lograr el despertar de la conciencia. Auto-observarse, auto-conocerse, sin olvidarse de sí mismo, es terriblemente difícil, pero espantosamente urgente para lograr el despertar de la conciencia.

Esto que estamos diciendo parece una tontería, las gentes ignoran que están dormidas, ignoran que no se recuerdan a sí mismas, ni aunque se miren en un espejo de cuerpo entero, ni aun cuando se observen en detalle minuciosamente.

Este olvido de sí mismo, esto de no recordarse a sí mismo, es realmente la causa causorum de toda la ignorancia humana.

Cuando un hombre cualquiera llega a comprender profundamente que no puede recordarse a sí mismo, que no es consciente de sí mismo, está muy cerca del despertar de la conciencia.

Estamos hablando algo que hay que reflexionar profun­damente, esto que aquí estamos diciendo es muy impor­tante y no se puede comprender si se lee mecánicamente.

Nuestros lectores deben reflexionar. La gente no es capaz de sentir su propio Yo mientras se auto-observa, de hacerlo pasar de un centro a otro, etc.

Observar la propia forma de hablar, reír, caminar, etc., sin olvidarse de sí mismo, sintiendo ese Yo adentro, es muy difícil, y sin embargo básico, fundamental, para lograr el despertar de la conciencia.

El gran Maestro Ouspenski dijo: “La primera impresión que me produjo el esfuerzo por ser consciente de mi Ser, por ser consciente de mí mismo como Yo, de decirme a mí mismo: Yo estoy caminando, Yo estoy haciendo, y de tratar de mantener vivo este Yo, de sentirlo dentro de mí, fue lo siguiente: El pensamiento quedaba como dormido, cuando yo asía al Yo, no podía pensar ni hablar; hasta disminuía la intensidad de las sensaciones; además, uno podía mantenerse en semejante estado sólo por un tiempo muy breve “.

Es necesario disolver el Yo pluralizado, volverlo ceniza, pero tenemos que conocerlo; estudiarlo en los cuarenta y nueve departamentos subconscientes, simboli­zados entre los gnósticos por los cuarenta y nueve demo­nios de Jaldabaoth.

Si un doctor va a extirpar un tumor canceroso, necesi­ta primero conocerlo, si un hombre quiere disolver el Yo, necesita estudiarlo, hacerse consciente de él, conocerlo en los cuarenta y nueve departamentos subconscientes.

Durante la íntima recordación de sí mismo, en ese tremendo super-esfuerzo por ser consciente de su propio Yo, es claro que la atención se divide, y aquí volvemos nuevamente a aquello de la división de la atención. Una parte de la atención se dirige, como es apenas lógico, hacia el esfuerzo, la otra hacia el Ego o Yo pluralizado.

La íntima recordación de sí mismo es algo más que analizarse a sí mismo, es un estado nuevo, que sólo se conoce a través de la experiencia directa.

Todo ser humano ha tenido alguna vez esos momentos, estados de íntima recordación de sí mismo; tal vez en un instante de infinito terror, tal vez en la niñez o en algún viaje, cuando exclamamos: ¿Y qué hago yo por aquí? ¿Por qué estoy yo aquí?

La auto-observación de sí mismo, acompañada en forma simultánea con la íntima recordación de su propio Yo, es terriblemente difícil y sin embargo indispensable para auto-conocerse de verdad.

El Yo pluralizado resulta siempre haciendo lo contrario durante la meditación, él goza fornicando cuando trata­mos de comprender la lujuria; él truena y relampaguea en cualquiera de los cuarenta y nueve departamentos subconscientes de Jaldabaoth, cuando tratamos de comprender la ira; él codicia no ser codicioso cuando quere­mos reducir a polvo la codicia.

Intima recordación de sí mismo es darse cuenta cabal de todos esos procesos subconscientes del mí mismo, del Ego, del Yo pluralizado.

Auto-observar nuestra forma de pensar, hablar, reír, caminar, comer, sentir, etc., sin olvidarse de sí mismo, de los íntimos procesos del Ego, de lo que está ocurriendo allá dentro, en los cuarenta y nueve departamentos subconscientes de Jaldabaoth, resulta de verdad espantosamente difícil y sin embargo fundamental para el despertar de la conciencia.

La auto-observación, la íntima recordación de sí mismo, inicia el desarrollo del sentido espacial, que llega a su plena madurez con el despertar de la conciencia.

Los chakras mencionados por mister Leadbeater y muchos otros autores son, con relación al sentido espacial, lo que las flores con relación al árbol que les da vida.

Lo fundamental es el árbol. El sentido espacial es el funcionalismo normal de la conciencia despierta.

Todo hombre despierto de verdad puede ver, oír, tocar, oler y palpar todo lo que ocurre en los cuarenta y nueve departamentos subconscientes de Jaldabaoth.

Todo hombre despierto de verdad puede verificar por sí mismo, a través de la experiencia directa, los sueños de las gentes, puede ver esos sueños en las personas que andan por las calles, en los que trabajan en fábricas, en los que gobiernan, en toda criatura.

Todo hombre despierto de verdad puede ver, oír, oler, tocar y palpar todas las cosas de los mundos supe­riores.

Quien quiera experimentar la realidad de todo lo que sucede en las dimensiones superiores del espacio, debe despertar conciencia, aquí y ahora.

SAMAEL AUN WEOR “EL COLLAR DEL BUDHA”

El Segundo Circulo Dantesco